En el día de ayer tuvimos una especie de
charla-clase impartida por el artista lituano Ivars Heinrihsons, profesor de la
academia de Bellas Artes de Riga en su país natal. Nuevamente, la charla tuvo
sus altibajos, pero creo que principalmente los podemos atribuir a los cambios
de última hora que sufrió la charla, pues debemos recordar que en origen estaba
destinada a alumnos de Bellas Artes de la facultad de Salamanca (en cuya
ausencia acudieron a nosotros como potencial público).
Debido a estos cambios de última hora, nosotros
mismos no sabíamos que esperar, pues apenas tuvimos tiempo (nos informaron el
día anterior) de conocer un poco sobre la trayectoria de dicho artista. Otro
problema fue evidentemente los problemas con el idioma, pues apenas intervino
la interprete, dejando a nuestro invitado cojeando en ciertos momentos de la
intervención (de manera que se dificultaba la comprensión en ciertos momentos).
Incluso hubiera sido mejor que actuará de interprete la propia embajadora, cuya
pronunciación en inglés era más clara y marcada. Evidentemente todo esto son
problemillas de última hora, que un buen docente debería saber solventar. Se
deben de tener suficientes recursos para poder tener vías alternativas ante las
incidencias, aunque quizá eso solo nos lo aportará la experiencia.
Por otro lado, la actividad planteada de
representar caballos está fuertemente marcada por su propia obra de carácter
marcadamente expresionista, por ello yo me pregunto ¿nos ha resultado realmente
útil? Poco, la verdad sea dicha. Un profesor debe saber salir de su zona de
confort para poder abarcar diversos campos que pueden motivar en muy diversos
modos a los alumnos, pues si nos centramos solo en lo que nos interesa,
perderemos a todos aquellos alumnos que no valoren ese tipo de arte en concreto
(y más si tenemos en cuenta que el arte expresionista son es precisamente lo
más novedoso hoy en día, pues hay mil y un cosas más de las que pueden
hablarnos). Pero repito, esto puede deberse a que no era lo que tenía planeado
para alumnos de este máster, sino para alumnos de Bellas Artes. Nos hubiera
resultado más útil ver más a fondo como trabaja dentro del aula, ver la
docencia más desde dentro y en profundidad.
Es cierto que, como actividad, dibujar por
ejemplo caballos, como en este caso, y representarlos no de una sino de mil
maneras y estilos, puede ayudarnos a encontrar vías a través del boceto que no
conocíamos, pues básicamente es un trabajo artístico a través de la experimentación.
Pero sólo eso, una actividad aislada y ya está. Yo, personalmente, me quedé con
las ganas de poder profundizar un poco más en cómo llevar a las aulas diversas
dinámicas de trabajo, pero queda perdonado por lo anteriormente mencionado.
De todas maneras, viene siendo habitual dentro del
máster que las asignaturas cojeen (supongo que, por falta de coordinación entre
el profesorado, lo cual tiene como resultado que se pisen constantemente
contenidos).
Por mi parte eso es todo, cualquier cosa,
comentad aquí abajo.
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