martes, 21 de febrero de 2017

Reflexión de la visita de Ivars Heinrihsons


En el día de ayer tuvimos una especie de charla-clase impartida por el artista lituano Ivars Heinrihsons, profesor de la academia de Bellas Artes de Riga en su país natal. Nuevamente, la charla tuvo sus altibajos, pero creo que principalmente los podemos atribuir a los cambios de última hora que sufrió la charla, pues debemos recordar que en origen estaba destinada a alumnos de Bellas Artes de la facultad de Salamanca (en cuya ausencia acudieron a nosotros como potencial público).


Debido a estos cambios de última hora, nosotros mismos no sabíamos que esperar, pues apenas tuvimos tiempo (nos informaron el día anterior) de conocer un poco sobre la trayectoria de dicho artista. Otro problema fue evidentemente los problemas con el idioma, pues apenas intervino la interprete, dejando a nuestro invitado cojeando en ciertos momentos de la intervención (de manera que se dificultaba la comprensión en ciertos momentos). Incluso hubiera sido mejor que actuará de interprete la propia embajadora, cuya pronunciación en inglés era más clara y marcada. Evidentemente todo esto son problemillas de última hora, que un buen docente debería saber solventar. Se deben de tener suficientes recursos para poder tener vías alternativas ante las incidencias, aunque quizá eso solo nos lo aportará la experiencia. 

Por otro lado, la actividad planteada de representar caballos está fuertemente marcada por su propia obra de carácter marcadamente expresionista, por ello yo me pregunto ¿nos ha resultado realmente útil? Poco, la verdad sea dicha. Un profesor debe saber salir de su zona de confort para poder abarcar diversos campos que pueden motivar en muy diversos modos a los alumnos, pues si nos centramos solo en lo que nos interesa, perderemos a todos aquellos alumnos que no valoren ese tipo de arte en concreto (y más si tenemos en cuenta que el arte expresionista son es precisamente lo más novedoso hoy en día, pues hay mil y un cosas más de las que pueden hablarnos). Pero repito, esto puede deberse a que no era lo que tenía planeado para alumnos de este máster, sino para alumnos de Bellas Artes. Nos hubiera resultado más útil ver más a fondo como trabaja dentro del aula, ver la docencia más desde dentro y en profundidad.



Es cierto que, como actividad, dibujar por ejemplo caballos, como en este caso, y representarlos no de una sino de mil maneras y estilos, puede ayudarnos a encontrar vías a través del boceto que no conocíamos, pues básicamente es un trabajo artístico a través de la experimentación. Pero sólo eso, una actividad aislada y ya está. Yo, personalmente, me quedé con las ganas de poder profundizar un poco más en cómo llevar a las aulas diversas dinámicas de trabajo, pero queda perdonado por lo anteriormente mencionado.

De todas maneras, viene siendo habitual dentro del máster que las asignaturas cojeen (supongo que, por falta de coordinación entre el profesorado, lo cual tiene como resultado que se pisen constantemente contenidos).

Por mi parte eso es todo, cualquier cosa, comentad aquí abajo.

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