miércoles, 1 de marzo de 2017

Metodología educativa Blending Learning


El Blending Learning se traduciría como aprendizaje semipresencial, y por ello entendemos que hay varias tipologías dentro del mismo, es decir, diversas combinaciones (distribución horaria en el aula y fuera de ella) para llevar a cabo esta metodología satisfactoriamente.

El B-learning posee otras posibles traducciones como por ejemplo aprendizaje mixto, aprendizaje combinado y aprendizaje híbrido, pero todas estas terminologías tienen un punto en común: combinan las dinámicas presenciales dentro del aula con el trabajo autónomo online que se plantea. La siguiente imagen concreta bastante bien cuáles son los pilares fundamentales de este modelo de aprendizaje (la imagen está en inglés, pero creo que se entiende).




Es decir, en la imagen vemos como este modelo pretende combinar lo más puntero de la enseñanza cara a cara (face to face), con las ventajas de una enseñanza online. De esta manera se busca conseguir un sistema sostenible de enseñanza que produzca los mejores resultados, casi casi, a coste cero (pero esto puede degenerar evidentemente, centrarse en aspectos económicos puede acabar desvirtuando uno de los pilares básicos del sistema, la educación). Pero sería interesante ver hasta donde se puede llegar, sería interesante saber equilibrar esta balanza, pues supondría saber lidiar de una manera más clara con el boom de las nuevas tecnologías y la sociedad actual, pudiendo la educación generar un uso más sano de las tecnologías en las generaciones venideras.

Pero estos pros y contras dejémoslos para más adelante. Este modelo, al separarse en dos vertientes, pretende crear un clima más positivo dentro del aula, es decir, se pretende poder dar un feedback a todos los alumnos que cursen este modelo para poder reforzar ciertos aspectos que de manera autónoma podrán trabajar. El profesor pasa a ser el coach que busca el máximo rendimiento de sus alumnos. Ya que el profesor podrá realizar un seguimiento de las actividades online propuestas a sus alumnos, es lógico pensar que esto facilitará al profesor la evaluación, pudiendo tomar medidas mucho antes en caso de necesitarlas.

La parte web, u online de esta dinámica mixta de trabajo combina el material físico con diversas webs, videos o demás contenido virtual que refuerzan y potencian los contenidos vistos en el aula. De esta manera se pretende motivar a los alumnos, o al menos intentarlo. Algunas de las experiencias más experimentales e "innovadoras" hacen uso de diversas herramientas online de plataformas como Facebook, pero, remarco que he escrito innovadoras entrecomillado, y esto tiene un motivo. ¿Pueden ser útiles este tipo de espacios virtuales? Sí, pero, su impacto a corto y largo plazo dentro de la sociedad está aún por ver, de modo que, no digo que no se usen, pero quien decida usar estas herramientas, que lo haga con determinación y con criterio.

Por si os interesa y para que tengáis un poco más de información, comentaré los 4 modelos básicos que pueden desarrollarse si se sigue esta metodología:
  1. Modelo de rotación: la dinámica y las actividades están diseñadas de tal modo que parece como si se divide el curso en diversas estaciones de trabajo por las que los alumnos (individualmente o en grupo) van pasando hasta completar el curso. Este modelo aún depende mucho de la parte presencial.
  2. Modelo Flexible: la parte de mayor peso es el contenido en línea y las actividades online, permitiendo que los alumnos flexibilicen el tiempo y el espacio para adaptarse mejor así a sus necesidades específicas.
  3. Modelo a la carta: permite cursar algunas asignaturas online y otras presenciales de manera complementaria. Las tutorías por parte del profesor serán las que garanticen el éxito.
  4. Modelo virtual enriquecido: este modelo es casi 100% online, de no ser porque se pactan algunas sesiones de tutoría para mantener el control del curso.
Ya que se me han ido escapando algunas pequeñas pegas, será mejor que para finalizar exprese mi opinión sobre este modelo. Como siempre en la vida, todo tiene dos caras opuestas, y este modelo no iba a ser menos. No es oro todo lo que reluce, pero tampoco hay que dejarlo atrás. Poder suministrar contenidos online a los alumnos me parece no sólo bueno, sino casi necesario (ya todos conocemos profesores que no ceden sus apuntes ni hartos de vino, y creo que coincidimos en que no nos gusta ese tipo de profesor). Ahora bien, usar plataformas online, sí, pero siempre y cuando este guiado por el profesor (material y contenido revisado por este para garantizar el éxito). Supongo que este es el momento para mencionarlo, en esta breve asignatura se nos planteó usar Facebook (en mi caso no tengo), pero el uso que se le dio no me parece tan grandioso como para relegar Moodle a un segundo plano (lo mismo se podía hacer sin recurrir a las redes sociales). Evidentemente otro punto positivo es la flexibilidad, pero nuevamente con "peros". La flexibilidad es muy útil en la educación para adultos o a otros niveles. Si cada vez se vuelca más peso en la parte online, algunos alumnos se desengancharán del sistema (pasándose de flexibles), pues a edades más tempranas una cosa es motivar y otra muy distinta es ceder responsabilidades a la web. En definitiva, y como ya he defendido en entradas anteriores, la clave sigue siendo la vocación por parte del docente; cualquier modelo de enseñanza (más "clásico" o más actualizado) fallará si quienes fallan ya de entrada son los propios profesores.

Para acabar, si buscas Blending Learning en Google Imágenes, saldrá la siguiente imagen del párrafo anterior de una batidora. Puede que una batidora no haya sido el ejemplo más acertado para representar el B-learning, no todo lo que se mezcla en una batidora "sabe bien".

Gracias si leíste esta última parrafada. Comentad por favor. Aquí os dejo algunos enlaces:

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